Cuando las empresas no tienen los fondos suficientes para cumplir con sus deudas a los bancos, puede ser tentador para algunos titulares de la empresa que prestaron garantías personales para disipar su patrimonio para evitar que los acreedores puedan realizar un cobro coercitivo. Esta práctica es extremadamente peligrosa y se considera una mala estrategia para gestionar el riesgo de deuda.
Es esencial que los titulares de la empresa entiendan que los acreedores pueden reclamar sus garantías personales, sin importar lo bien que hayan planeado, en caso de que la empresa no cumpla con sus obligaciones de deuda. Los acreedores también pueden optar por ejercer su derecho de cobro a través de la quiebra o la insolvencia.
Es importante que los titulares de la empresa sean conscientes de los riesgos de disipar su patrimonio para evitar el cobro coercitivo. Esta estrategia puede parecer una buena idea en un principio, pero puede tener consecuencias graves. Una de las principales consecuencias de disipar el patrimonio para evitar el cobro es que los acreedores pueden optar por seguir adelante con el cobro una vez que el patrimonio se haya disipado. Esto significa que los titulares de la empresa pueden enfrentar la responsabilidad personal por la deuda de la empresa.
La mejor forma de para gestionar el riesgo de deuda es asegurarse de que se han hecho todos los esfuerzos razonables para cumplir con las obligaciones de la empresa con los acreedores. Esto significa que la empresa debe implementar una estrategia de solución de deudas que incluya una planificación cuidadosa de los pagos en el tiempo y una comunicación clara y directa con los acreedores.
Además, los titulares de la empresa deben considerar la posibilidad de renegociar los términos de la deuda con los acreedores. Las negociaciones de deudas pueden ser una forma efectiva de reducir el riesgo de insolvencia para la empresa y para los titulares de la misma. Las negociaciones de deudas también permiten a la empresa obtener un término de reembolso más corto, un tipo de interés más bajo y otros beneficios.
Al final, es importante recordar que disipar el patrimonio para evitar el cobro coercitivo es una mala estrategia para gestionar el riesgo de deuda. En lugar de eso, los titulares de la empresa deben centrar sus esfuerzos en encontrar una solución de deuda que incluya una planificación cuidadosa de los pagos en el tiempo y una comunicación clara y directa con los acreedores. Al hacer esto, los titulares de la empresa pueden asegurarse de que la empresa cumpla con sus obligaciones de deuda sin arriesgar su patrimonio.